4 formas de practicar mindfulness en el trabajo
Siempre puedes practicar mindfulness o atención plena incluso en los días que más ocupado estás. Además, cuanto más ocupado y más complicado es lo que tienes que abordar, más concentración y foco necesitas.Cuando cambias constantemente de una tarea a otra, la calidad de tu trabajo puede verse afectada. Al practicar la atención plena, simplemente volviendo al momento presente una y otra vez, puedes entrenarte para enfocarte más. La atención plena es la capacidad que te permite centrar de nuevo la atención cuando se extravía.
Puedes introducir mindfulness en tu jornada en forma de descansos breves que te hagan retomar tu actividad con más calma y concentración.
A continuación, te sugerimos cuatro renovadoras dosis breves de mindfulness para tu día a día:
- Conecta con tu respiración
Para y céntrate en tu respiración. Sintonizar con ella te lleva directamente al aquí y ahora. Es la forma más sencilla de comenzar a practicar mindfulness. Elige el lugar donde más la notes para concentrarte en esa zona; puede ser el pecho, la nariz, el abdomen… Al sintonizar con ella en cualquier parte del cuerpo, puedes reestablecer la calma y el equilibrio frente a contratiempos o cuando tienes muchas cosas en la cabeza. Se trata de un sistema muy efectivo para encontrar un centro de paz en ti mismo. Puedes cerrar los ojos si te resulta más profunda la concentración.
- Camina consciente
Elige un trayecto y realízalo prestando atención a cada paso. Concentrarte en las sensaciones que se producen en tus pies o en sentir el movimiento en cualquier parte de tu cuerpo. Aprender a establecer conciencia con el movimiento físico, despierta esa misma calidad de atención durante el resto de las actividades que realices.Experimentar la tranquilidad de estar con un paso a la vez, sin nada más que hacer y dónde ir, puede resultarte muy liberador.
- Toma el café o té con atención plena
Cuando tomes un café o té, presta atención a su color, su aroma, su olor.Date cuenta cómo tus manos sujetan la taza. Y si notas que en algún momento la mente se distrae, puedes usar la respiración como ancla y regresar la atención al proceso de
tomar el té o el café. El mero hecho de estar centrado en los sentidos te desconecta de esa sensación de estar con el piloto automático.
- Observación
Escoge cualquier objeto cercano (un lápiz, bolígrafo, el ratón del ordenador…) y concéntrate de verdad en él durante un minuto. Obsérvalo con mente de principiante, como si lo vieses por primera vez. Presta mucha atención a su forma, textura y acabado. Observa como tu mente se conecta con el momento presente. Esto puede ayudarte a aclarar la mente y volver a conectar con el espacio que te rodea.
Tan sólo necesitas unos minutos para introducir estas pequeñas dosis de mindfulness en el trabajo. Siempre puedes encontrar paz en tu interior a pesar de las dificultades. Cultivar, día a día, tu atención te permite acceder a más calma y mitigar el impacto del estrés, además de mejorar tu atención, concentración y creatividad entre otros beneficios.
Esther Fernández
Consultora Senior en G+LL