QUERIDO CEO:

Como CEO tienes que afrontar los imprevistos de una realidad económica, política y tecnológica que está en continuo cambio. Nuestro mundo está atravesando un profundo proceso de transformación que requiere, más que nunca, líderes impulsados por valores, flexibles, transparentes, íntegros y sinceros. Líderes que inyecten energía, entusiasmo y pasión a las personas de toda la organización para superar los obstáculos del entorno competitivo.

Tu credibilidad se mide por los resultados que logras. En entornos más estables y predecibles, bastaba simplemente con “gestionar” para obtener resultados, pero actualmente necesitas todo el talento de las personas de tu empresa., desarrollar una capacidad de anticipación y adaptación para hacer frente a las demandas del entorno competitivo. Como dijo Martin Luther King, “La grandeza de un líder no se mide por el tamaño de su ego, sino por la altura del propósito al que sirve”.  Un gran líder tiene muy claro hacia dónde va y es seguido porque inspira confianza. Este sentido de dirección le dota de una gran seguridad para superar cualquier obstáculo que surja por el camino. No se centra en un su propio interés, sino que se compromete y sirve a algo más grande que él mismo.

Cuida lo que haces cada día y elije ser el mejor CEO que puedas ser. Tu grandeza directiva, estimado CEO, se verá a medio o largo plazo. No hay atajos. Para ello has de reflexionar sobre tu estilo directivo, conocerte mucho a ti mismo, analizar tus fortalezas y debilidades, dar lo mejor de ti, con honestidad personal y humildad e inspirar y alentar a tu equipo para la consecución de los objetivos marcados y al servicio de un propósito más elevado. Tus decisiones pueden cambiar el rumbo de tu empresa y afectar a diferentes personas. En cada decisión puedes optar por la mezquindad o la grandeza. Te animo a desatar toda la grandiosidad que hay dentro de ti.