QUERIDO CEO

Estamos inmersos en un entorno en constante cambio. Supongo que estás acostumbrado a escuchar o leer este tipo de frases donde se repiten constantemente las palabras cambio, velocidad, transformación, complejidad… Pero ¿Qué haces en tu organización para aceptar el cambio?

Una palabra muy importante es aceptar. Si no aceptas, niegas la realidad y si no aceptas que todo cambia, tampoco puedes adaptarte. Las organizaciones que prosperan son las que pueden desencadenar con éxito transformaciones estratégicas y operativas rápidas que los empleados entienden y aceptan.El cambio organizacional es necesario para el crecimiento de tu organización, pero no siempre es fácil de aceptar para muchos empleados.

La resistencia al cambio es algo propio en las personas. Hay una tendencia a permanecer en la situación actual y controlada por comodidad, por miedo a lo desconocido, al fracaso, a perder su posición en la empresa… Aceptar esta condición es un paso previo para desarrollar capacidades que nos permitan crecer y que posibiliten una cultura de cambio. Una cultura donde se desarrolle la adaptabilidad flexibilidad, compromiso, velocidad de respuesta… y se busquen soluciones innovadoras.

En general, la gente tiende a temer lo desconocido y surgen palabras como resistencia o tensión, efectos donde la aceptación juega un papel clave. Al aceptar el cambio nos integramos en él y pasamos a sentirnos parte de un proceso de transformación que, además, forma parte del pensamiento estratégico: Gestionar la incertidumbre y aprender a imaginar escenarios alternativos.

Aceptar el cambio es fundamental para cualquier organización que quiera sobrevivir y prosperar, y tu papel como CEO, entre otras cosas, es transmitir ese cambio como una oportunidad para aprender y crecer, en lugar de una amenaza. Inspirar para vencer esa resistencia a la posibilidad de fracaso. Y esta forma de lidiar con la adversidad, apreciado CEO, empieza en ti mismo. Si tu empresa no cambia, permanece estancada, y esto puede suponer el fin de esta o que no desarrolle su máximo potencial.