QUERIDO CEO:
Si los trabajadores de tu compañía pudieran elegir, ¿crees que te elegirían como CEO? Esta es un pregunta que deberías hacerte. Despertar sentimientos positivos en tus subordinados es primordial para movilizar lo mejor de ellos.
No olvides que todo comienza con un equipo. Todos los equipos son grupos, pero no todos los grupos son equipos. El grupo de trabajo se convierte en equipo, en la medida que los miembros comparten ideas para mejorar procesos de trabajo, promueven el respeto entre quienes lo forman, participan en la definición de la mejora de los objetivos comunes, inician acciones comunes para lograr un rendimiento superior… Pero generar esta cohesión que les haga ir más allá del interés particular y que cree valor para el conjunto de la organización no es una tarea fácil. Construir un equipo es un proceso dinámico, un logro que incluye motivación, talento y sacrificio.
Nunca dejes de buscar talento, apreciado CEO, pocos factores son más críticos para el éxito que los grandes profesionales, aunque con esto no basta. Muchas empresas con equipos talentosos han fracasado. Hace falta alineación con la misión y los valores de la empresa y sobretodo que lideres el equipo y maximices la armonía y la colaboración entre sus integrantes para asegurarte que se compartan ideas, aprendan unos de los otros y se aprovechen sus mejores capacidades. Un equipo de trabajo exitoso tienen una clara dirección de su líder, por ello resulta primordial que funciones como guía, prediques con el ejemplo, generes un clima laboral motivador que inspire y desate la creatividad, y seas capaz de sacar lo mejor de cada individuo y del equipo en su conjunto.
Recuerda que una de las grandes contribuciones que puedes realizar a tu empresa, estimado CEO, es la creación de un entorno en el que las personas se sientan motivadas y capacitadas para hacer mejor su trabajo cada día y permitir, en suma, que las cosas funcionen.